:: Caminando hacia un futuro ::
Vecinos implicados impulsaron la idea de que el POLIDEPORTIVO fuera centro de práctica de muchos deportes, y actividades sociales. Se comenzaron a construir más instalaciones deportivas, gradas etc. Surgieron las pequeñas fiestas y eventos. El kiosco de bebidas dio paso a otro kiosco bar más grande, con mesas sombreadas donde los vecinos podían disfrutar de sus propias meriendas traídas desde casa.
La actividad deportiva conoció temporadas mejores y peores. Hubo torneos infantiles con cierta animación.
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Las instalaciones fueron ampliadas con un gimnasio, de dotación muy básica al principio y con aparatos posteriormente. Poco a poco se iba avanzando.A lo largo de los años, la actividad social no ha conocido grandes hitos; sólo algo de juegos de mesa y eso sí, un creciente interés y sensibilización por la marcha de los asuntos del bar, con polémicas sobre precios, calidades, derechos de uso, etc. Se propició la construcción de un edificio anejo al kiosko, para poder disfrutar de salones durante los meses de invierno. Incluso hubo un proyecto de construcción de una primera planta del edificio de los salones, pero quedó en eso, en un proyecto.
Se mire como se mire, un problema de siempre en el polideportivo ha sido la gestión. A diferencia de lo que ocurre en muchas comunidades de vecinos, en donde la presidencia y demás cargos se establecen por turno rotatorio, aquí el nombramiento de miembros de la comisión gestora siempre se ha llevado a cabo sobre la marcha, en función del transcurrir más o menos cordial de las asambleas, en función de impulsos personales surgidos de repente. Las comisiones gestoras normalmente se han ido formando por personas que no habían preparado una candidatura común con antelación, sin una estrategia, sin un programa, por lo general a pocos vecinos les ha interesado la participación en una COMISIÓN GESTORA.
:: Busqueda de soluciones ::
Los cambios sociales y económicos de finales del siglo XX tuvieron su repercusión en el polideportivo. Las crisis trajeron consigo despidos y menguas económicas a las familias. Se produjo un sucesivo y claro deterioro del número de vecinos que aportaban sus cuotas. Con esa circunstancia, se impuso buscar soluciones alternativas y una de ellas fue la de abrir el polideportivo a personas y familias externas.
A pocos años del fin de siglo se produjo una crisis importante provocada por la gestión llevada a cabo en ese momento. Hay indicios de que el polideportivo pudo haberse perdido. Sin embargo, una movida importante lo impidió y el resultado de aquella crisis redundó en un fortalecimiento moral significativo. Pasan los años y los problemas se acentúan. Falta de aportaciones, creciente comportamiento irrespetuoso con personas e instalaciones, cierta falta de respeto por las normas, disputas por los derechos de uso de instalaciones deportivas, discusiones en el bar...
Comenzamos con el siglo XXI
Las asambleas a veces se convierten en batallas campales en donde los intereses particulares se vocean, esputando sobre la exposición y tratamiento de problemas de interés general. Añádase lo delicado que resulta plantear subida de cuotas en una sociedad castigada económicamente. Si se revisan las actas de las asambleas, parece que solo suele haber un par de grandes preocupaciones prioritarias: El bar y las fiestas.
El comienzo del siglo XXI trae nuevas ideas. Se piensa que las soluciones de los problemas pasan por la contratación de un administrador profesional y así se procede. El profesional contratado, experto en comunidades de propietarios, actúa como tal en cuanto a pagos y cobros, redacción de actas, contrataciones, etc, pero pronto se evidencia que el polideportivo, al cual se le denomina mancomunidad, sin fundamento jurídico, precisa de unos cuidados muy específicos más allá de las competencias habituales de un administrador de fincas. Finalmente se decide en una asamblea que un administrador externo no ha sido la solución de los problemas esenciales del polideportivo.
Otra novedad del nuevo siglo es el afán por el logro de la propiedad sobre el polideportivo. Un doctor en derecho informa ante una nutrida asamblea sobre la complejidad del asunto. Las preguntas de quienes, cuándo, como y a qué coste lograrán acceso a la propiedad quedan en el aire. A partir de ahí comienza un proceso en la sombra que se va prolongando a lo largo del tiempo y sobre el cual los vecinos no reciben ninguna información.
Alerta Pandemia ....
El azote mundial de la pandemia tiene repercusiones en el polideportivo. Gracias a la actuación de vecinos, desde dentro y desde fuera de la administración, no se interrumpe del todo la actividad.
En general el polideportivo viene estando caracterizado por un envejecimiento de la población y de las instalaciones. Muchos socios son personas mayores, y la consecuencia inmediata de ello es su renta disminuida y su menor capacidad de consumo. Las instalaciones evidencian un insuficiente mantenimiento y la estrategia de restauración es costosa. El polideportivo evidencia poca actividad deportiva, poco uso fuera del verano, poca actividad social, salvo, naturalmente, la que tenga lugar en torno al bar. Hace falta más inversión, más dinero, pero ¿de dónde obtenerlo?.
Nuestro mejor valor
En la temporada de piscina, la calidad del agua suele ser muy buena pero el servicio de vigilancia y socorristas es mejorable y muchos usuarios suelen desconocer la normativa y si la conocen no la respetan. A pesar de todo, el polideportivo sigue siendo el lugar en donde disfrutar de una especie de oasis en el centro de Móstoles. A pesar de los inconvenientes que se puedan señalar, hay que reflexionar sobre el hecho de que el polideportivo es considerado por nuestros familiares y amigos como un icono de nuestra urbanización y entorno, algo deseable por todos y por tanto un valor que merece nuestras mejores consideraciones. El mañana del polideportivo no ha de ser diseñado en torno a utopías, sino a realidades.
Un objetivo prioritario ha de ser la recuperación de la buena convivencia y ello está directamente relacionado con hacer respetar ciertas normas. También hay que luchar fuertemente contra el deterioro de las instalaciones. Otro gran objetivo es el del impulso de actividades deportivas. Hay instalaciones de mucho uso y otras que no conocen apenas la utilización. Un pequeño esfuerzo de imaginación nos indicará deportes que no exijan grandes inversiones y que puedan gustar a los diferentes grupos de usuarios según sus edades. El mantenimiento de las instalaciones exige un plan ambicioso en contenidos y hábilmente planificado en el tiempo acorde con un presupuesto razonable.
publicidad de aquellos años
FOTOS DEL RECUERDO
Otro gran objetivo es el del impulso de actividades deportivas. Hay instalaciones de mucho uso y otras que no conocen apenas la utilización. Un pequeño esfuerzo de imaginación nos indicará deportes que no exijan grandes inversiones y que puedan gustar a los diferentes grupos de usuarios según sus edades. El mantenimiento de las instalaciones exige un plan ambicioso en contenidos y hábilmente planificado en el tiempo acorde con un presupuesto razonable.
Las actividades sociales han de ocupar también su lugar. Para todo el mundo. Los salones se pueden aprovechar para juegos, charlas, cursillos, encuentros, divulgación de informaciones interesantes para la comunidad, etc. No pensemos que sólo han de servir como terraza de bar. Demos al polideportivo también la oportunidad de ser plataforma de planteamiento de mejoras para el barrio. En el polideportivo han de tener cabida personas de todas las edades y deben existir actividades para todos y todas.
Otro objetivo se centra en el área de la información y la comunicación. Comunicados a tiempo. Uso de medios digitales o clásicos. Paneles informativos. Oportunidad en la información. Dentro de este capítulo hay que incluir las asambleas y darles un toque de legalidad, lógica y cordialidad que a lo largo de la historia del polideportivo apenas han conocido.